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Turnitin, la prueba del algodón antiplagios

La Universidad de Córdoba y Loyola Andalucía usan este software para detectar fragmentos copiados y no citados, además de otros filtros extra

Turnitin es un software que se emplea para confirmar que lo que está escrito no aparece en ningún otro trabajo publicado.

Turnitin es un software que se emplea para confirmar que lo que está escrito no aparece en ningún otro trabajo publicado

Una simple búsqueda en Google basta para comprobar la proliferación de empresas y particulares que venden sus servicios para confeccionar Trabajos Fin de Máster (TFM) o Fin de Grado (TFG) con los que aprobar sin dar golpe, una práctica que convive con la tentación de recurrir al copia y pega para acelerar la producción de cualquier trabajo universitario. En este contexto lleno de trampas al alcance de la mano, las universidades se afanan para detectar cualquier fraude y evitar que los alumnos les den gato por liebre. 

Una de las herramientas antiplagio más eficaces es Turnitin, un software al alcance de alumnos y profesores que se emplea para realizar «la prueba del algodón» y confirmar que lo que está escrito no aparece en ningún otro trabajo publicado, comparando el texto con una amplia base de datos. 

Pero las comprobaciones no acaban ahí. Según fuentes de la Universidad de Córdoba, se considera plagio todo lo que se copia sin citar las fuente. «Si se cita y referencia deja de ser plagio», señalan. Turnitin da un informe de qué porcentaje del trabajo está sacado de otras fuentes, pero solo lo que no está citado supone un problema. Las mismas fuentes señalan que la UCO no tiene un registro de los trabajos que no pasan la prueba, ya que se gestiona desde cada centro. «Este curso académico, está previsto reformar el reglamento de los TFG para que sea igual en todas las facultades».

En última instancia, la persona responsable de que no haya copia es el tutor del trabajo y los directores de tesis, que son los que emiten el informe verificando que el trabajo no ha sido plagiado, por lo que en caso de detectar alguna anomalía, lo comunica al estudiante en cuestión. Esto supone que «nunca se deposita un trabajo final que no haya pasado por el programa de verificación». 

Así evitan los plagios en la Loyola Andalucía

En la Universidad Loyola Andalucía, se sigue un procedimiento parecido. Para el vicerrector de Ordenación Académica, Francisco Martinez Estudillo, la principal herramienta de control es que «el alumno tiene que defender su TFG o TFM oralmente. «Desde principio de curso, se le asigna un tutor que hace el seguimiento y autoriza la defensa oral, por lo que si el alumno no acude a las tutorías, no puede presentar un trabajo por la vía rápida sin más». También en Loyola utilizan el Turnitin, «que detecta si hay contenido que ha sido copiado», lo que se traslada al alumno. 

En los Trabajos Fin de Grado, algunos centros controlan el plagio apostando por trabajos prácticos donde no cabe el plagio. «En Administración y Empresas, el trabajo se basa en una simulación de empresa en la que cada alumno toma decisiones a lo largo del curso y en Derecho, el despacho de abogados Cuatre Casas les propone un caso real sobre el que ellos deben emitir un dictamen y presentarlo ante el tribunal, por lo que la opción de copiar no es factible». Esta fórmula, se está empezando a trabajar en otros grados como Relaciones Internacionales e Ingeniería. «Nuestro objetivo es que el TFG no sea solo un documento que se entrega a final de curso sino el resultado de un proceso de evaluación continua», señala Martínez Estudillo.

 

 

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